GENTE
25 de junio de 2018
Un domingo triste
El domingo 24 de Junio de 2018 alrededor de las 11:30 un remis atropelló a la perrita mascota de mis sobrinas 6 y 5 años, en calle Mariano Moreno, entre Sarmiento y Pedro Gaggero, del Barrio Barracas.
La perrita se llamaba Rufina, tenía menos de un año de vida, era blanca llena de rulitos y tenía un collar con una campanita.
Al momento de ser atropellada estaba correteando y saltando alrededor de las nenas que estaban jugando con sus bicicletas al costado de la calle a la vista de varios de nosotros sus familiares.
En un momento dado apareció raudo un remis que de repente pasó cerca de las nenas y aplastó a la perrita.
Seguro de que leerá esta carta, quería contarle al remisero lo que sucedió después, ya que nunca se detuvo.
Fue un momento de mucha desesperación, las nenas vieron todo y de inmediato se largaron a llorar con mucha angustia. Daba mucha pena verlas llorar juntas en el regazo de su madre y escuchar a una de ellas gritar “no quiero, no quiero”, como diciendo que no quería que eso le pase a su Rufi.
Todos lloramos con ellas, fueron instantes, minutos de consternación, no sabíamos como contenerlas, había que retirar a la perrita del lugar para que no la siguieran viendo así y después llevarlas a ellas adentro de casa para consolarlas y convencerlas con alguna “mentira blanca”.
La mascota de las nenas jugaba todos los días con ellas, era parte de la familia, los que quieren a los animales saben de lo que estoy hablando.
Sólo quería externar mi sentimiento de angustia y reflexionar de que muchas veces con nuestra imprudencia e impericia podemos hacerle mal a otros, aunque sea de manera accidental o involuntaria.
El remisero estaba trabajando, iba a buscar a algún pasajero para hacerse unos pesos o ganarse el pan del día.
Pero indudablemente fue el causante de una “tragedia” para toda nuestra familia y en especial para Paula y Julieta. Fue accidental, pero por impericia o imprudencia de circular a gran velocidad por calles de tierra en barrios de poco tránsito más un domingo a la mañana, se convirtió en fatal y causó mucho dolor.
Hoy las nenas están mejor, esta mañana salieron al patio y comenzaron a jugar, pero ayer ellas y todos nosotros tuvimos un “Domingo triste”.
Cristian Chapelet.